domingo, 2 de octubre de 2011

Un instante a la Patria


Un instante a la Patria

Andrés Cordero Chacón
Bachillerato en Derecho
Coordinador Club de Periódico

La libertad es uno de los valores y derechos del que toda sociedad debe gozar. Desde los inicios de la colonización en el continente de América, se presenta el problema de la esclavitud, uno que aqueja hasta estos días a través de las diversas formas en las que puede tomar forma. Sin embargo, no corresponde en esta oportunidad brindar un análisis histórico o diversos puntos analíticos de la libertad, pues las hay miles en una serie de acepciones. 

La libertad de un país, Estado, sociedad, civilización no se debe medir por el grado de ejército, capacidad económica o demás cuestiones superficiales que posea, sino por la fuerza de su gente, la característica de su pueblo e idiosincrasia; aspectos culturales los cuales se connotan en una especie de figura reflexiva y meditativa de la formación de aquel pueblo o lugar regional. Una de las acepciones de este vocablo nos la brinda el ilustre Justiniano en su famoso Digesto (obra jurídica publicada alrededor de mediados del siglo V e inicios del VI), fue emperador del Imperio Bizantino, jurista y figura de la Iglesia tanto Ortodoxa como Católica, santo de la primera nombrada: “la libertad es la facultad de hacer cada uno lo que le plazca, salvo impedírselo la fuerza o el derecho”. Asimismo, cita Ulpiano, jurista romano del siglo II d.C. que la libertad no se puede pagar con dinero ("Libertas pecunia lui non potest"). 

Es meritorio desde luego reconocer la libertad de la cual se goza en un Estado como el nuestro, donde cada persona posee una serie de garantías amparadas bajo una Constitución y serie de leyes. No obstante, se sabe que no siempre se estuvo frente a la realidad construida. Costa Rica, como bien se sabe, perteneció al Reino de España, aproximadamente durante tres siglos y medio; las ideas de la Ilustración del siglo XVII y demás movimientos de carácter independiente se empiezan a plasmar en las sociedades de Occidente como en Estados Unidos con la Independencia de las 13 colonias en 1776, del Reino Inglés. 

Para los inicio del s. XIX (1800-1900), se principian a tranzar los pensamientos independentistas, por ejemplo la Independencia de México en 1810, queriéndose incluso convertir en el llamado Imperio de Agustín de Iturbide y hacer que se le adjuntaran provincias de España situadas en el continente. 

El agite laborioso, político y juego de intereses se presenta en la Capitanía General de Guatemala principalmente en el año 1821, para llegar a una libertad esperada, una que cada provincia, como lo fue Costa Rica, debe tomar la decisión de ser partícipe. 

El 15 de Septiembre de 1821 se da la firma de la Independencia de Costa Rica y otras provincias de Centroamérica, actualmente Repúblicas, teniendo en cuenta demás situaciones históricas como la de que la noticia no se hace saber en Costa Rica, sino hasta el 13 de octubre del mismo año con el Acta de los Nublados, proveniente de León Nicaragua y su definitiva confirmación el 29 de ese mes y año en la Costa Rica sencilla de aquel entonces. Es el momento en el cual se iza la bandera de la libertad de un pueblo de mestizos, autóctonos, españoles, personajes conocidos como José Cecilio del Valle quién redactó el Acta; es cuando se enciende la antorcha con un fuego que pretende iluminar por siempre el sentido del hombre libre. 

Costa Rica al celebrar el 190 Aniversario de su Independencia necesita encaminarse en trayectos de bien común, paz social, “armarse sin armas” con valores de personas dispuestas a proyectarse en una sociedad, que se ve afectada por vicisitudes como las nuevas formas esclavistas de la prostitución, delincuencia, la trata de personas a nivel mundial, entre otras, llevando la brecha social a decline. La Independencia nos recuerda a aquellos héroes como don Juan Rafael Mora Porras, Presidente de la República en los períodos comprendidos de 1849 a 1853 y de 1853 a 1859, quién lideró el ejército en la Campaña Nacional de 1856 contra el filibustero William Walker, resultando como vencedor de parte de nuestro Estado Costarricense. 

La libertad nos hace un llamado a romper con esquemas concatenados de modo negativo como las indiferencias ante el dolor o la falta de cultura de estas generaciones. Es pertinente realzar, para que se idealice de manera provecta, una transformación de la cultura del costarricense, mas sin dejar en menoscabo las raíces que deben caracterizarse. 

 La Patria resulta una oportunidad para resaltar nuestros orígenes tanto autóctonos como españoles o personas del llamado “Viejo Mundo”; hombres y mujeres que a través de los años se forjaron emprendedores en la construcción de la Patria que nos ha visto nacer, por supuesto, mencionando de modo parco, el aporte de nuestros vecinos extranjeros del Istmo Centroamericano. Aunado a lo anterior se concluye, para reflexión, con una de las frases del Himno al 15 de Septiembre: “Sepamos ser libres, no siervos menguados”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario