lunes, 26 de septiembre de 2011

“Yo aplico máscaras afuera”


“Yo aplico máscaras afuera”

David Solís Miranda
Estudiante de Periodismo,  Universidad Internacional de las Américas

María Torres es  más que una actriz de 51 años, más que una madre soltera y una persona muy querida por el público fiel al teatro y por quienes disfrutaron de sus cómicas locuras en el programa “Caras Vemos”. 

Eran las  7:03 p. m. del día citado y  en la puerta del Teatro Torres me recibió un miembro del personal, quien  muy amablemente, se dirigió  al teatro y le informó  a ella de mi llegada,  cinco minutos después, ahí estaba María con su cabello recogido, lentes, blusa  color naranja, un  pantalón y zapatos altos y negros, en su mano derecha una pulsera de madera, maquillada de manera muy distinguida y me saludó con una singular simpatía, estrechándome la mano. Con una sonrisa “de oreja a oreja”  me ofreció asiento en la única mesita que se encontraba en el mini-bar, donde se puede  comprar algo de comer mientras empieza la función.  Este posee paredes de color azul oscuro, con retablos de sus reconocidas obras, capacidad para poco más  de 20 personas, cercano a los baños, con poca iluminación, un tanto frío por el aire acondicionado y  solo una mesa y alrededor de esta cuatro sillas.

Al iniciar la entrevista, la bar tender se acercó y le dio un vaso de aluminio con un  contenido frío, por  las gotas que bajaban del vaso. Con una risa dio las gracias; y llegó la hora de iniciar el encuentro y cumplir el objetivo. Se acomodó apoyando su espalda en el respaldar de la silla y juntó sus manos entrelazando sus dedos.

¿Cómo era María Torres de niña?
Yo era una niña normal, corriente, que disfrutaba y jugaba como se podía hacer en esos momentos, con la mayor tranquilidad del mundo, con muchos amigos, ¡muchos!, corría, cantaba, brincaba, bailaba,  en fin, lo que muchos niños hoy no hacen.

¿Cómo  fue su inicio en el teatro tico?
Yo ingresé a la Universidad de Costa Rica;  entré a estudiar, entre las opcionales, Taller de Teatro,  y luego pasé directo a la Escuela de Artes  Dramáticas.

¿Qué sintió el día que se tiró a escena?
Muchos, muchos nervios, terribles  que se me quitaron hasta mucho después;  pero demasiados  nervios siempre, mariposas en el estómago, las manos frías, las piernas me temblaban, hasta sentía sensaciones como cuando uno se quiere descomponer. 
 
¿Qué es el teatro en su vida?
Es todo junto con mi familia, es por lo que yo dependo y de igual manera mi familia. Es divertido pasar mucho tiempo actuando, te pasa más de una cosa, desde accidentes hasta conseguir admiradores (ríe).

La frase teatral “rómpete una pierna“¿tiene algún sentido para usted?
Sí, claro que la he escuchado,  de hecho la usamos para desear toda la buena suerte del mundo,  o cuando decimos “mucha mierda”  también es mucha suerte.

¿Cuál fue su motivo para sentir que el teatro era lo suyo?
Eso se siente, eso es algo que no se puede evitar,  ya viene con uno, en el momento que empezás  a  hacer teatro,  sabés que es la vida.

¿Qué la inspira a seguir actuando?
Todas las posibilidades de seguir creciendo,  y principalmente  mi familia  y el público.

¿Tiene alguna anécdota haciendo teatro?
Muchas, demasiadas, una vez me quebraron la nariz dando función, se me quebró el dedo pequeñito del pie izquierdo por completo y como no había forma de suspender la obra, ni modo, a actuar con la nariz quebrada y con mi dedo pequeño hecho trizas.  Actué hasta que ya no pude más y tuve que  irme a enyesar, además de eso cualquier cosa que te puedas imaginar (se ríe).

¿Había pensado en estudiar otra profesión?
Sí claro, quería ser maestra de preescolar, no sé por qué, creí que iba a ser entretenido,  pero después me di cuenta  de que no era para mí,  uno a veces piensa que las cosas son para uno  y al término no  lo son. Educación perdió una maestra,  pero ganó una actriz 

¿Ha tenido algún conflicto con algún compañero de trabajo que le haya afectado a la hora de actuar?
Sí, el primer actor que estuvo en “Orgasmos” fue muy irrespetuoso conmigo, y claro, en  la mayoría de trabajos  es inevitable, pero así es el trabajo.

¿Cree que la serie de televisión  “Caras Vemos” le abrió aún más las puertas teatrales?
No, yo ya era actriz de teatro, siento que esto no tuvo ninguna  influencia, más bien  la transición del teatro a la televisión y viceversa no fue tan abrupta, ni hubo tanta diferencia;  sé que el público me sigue extrañando mucho en televisión. Son lenguajes diferentes,  creo que los dos sirvieron para que yo creciera como actriz.

¿Qué tan difícil es hacer comedia?
Muy difícil, dificilísimo;  es lo más  difícil de la vida;  hacer reír al público  es muy complicado,  la gente cree que es muy fácil,  pero no lo es.  No es que te parás ahí y decís cualquier cosa, debés estudiar la posibilidad de que sea atractiva, cómica e inofensiva. El público es muy crítico,  le gusta reírse mucho, entonces todos estos son aspectos que se deben  tomar en cuenta.

La tan reconocida “Elodia” ganó popularidad y el cariño de muchos ¿cómo surgió este personaje?
Ya  el nacimiento del personaje venía, fue en una obra que yo hice llamada  “Sueños Eróticos de un Seductor”  y surgió en  “Gallo Pinto uno”.

La frase “voy volando” ¿qué me cuenta sobre ella?
Me encanta, y  no sé,  son cosas que salen del corazón y de la mente;  lo fabuloso de esto es que marcaron un hito, y una época y generación de gente, aunque hoy es muy lindo que la frase haya quedado y que gente que tenía seis o  siete años y hoy tenga  18 o 20 la siga usando;  la gente mayor se la enseñan a los chicos y a ellos les encanta,  es muy lindo.
 
¿Cómo hace para repartir el tiempo entre su trabajo y la familia?
Depende del manejo  que le dé y la magia que uno hace;  gracias a Dios tengo una hija grande, ya de 14 años, que me da una gran tranquilidad, pero  hay que repartir los espacios;  es muy complicado, pero nada fuera de lo común.

¿Cómo ha sido su vida desde la inauguración del Teatro Torres?
Pienso que ha sido igual, obviamente con la felicidad de que es de mi propiedad y la responsabilidad que tengo de que hacer lo que sea necesario para dar funciones de alta calidad, y mantenernos siempre a la altura de eso que la gente tanto se merece.

¿Pensó algún día en llegar a tener su propio teatro?
Jamás y menos en llegar a tener dos (se ríe);  ser una empresaria ahora me ha demostrado que se pueden  lograr cosas que nunca se habían pensado.

¿Tiene Costa Rica talento que explotar?
Tiene mucho talento que explotar  y de exportación, solo que pienso que falta  que se le dé más interés y que las personas se arriesguen un poco más a salir en teatro y, lo más importante, a perderle el miedo. 

¿Ha pensado en volver a la pantalla costarricense?
Sí,  la verdad es  que no lo descarto, me parece muy buena opción, no está dentro de mis planes,  pero me gustaría volver  y estar ahí donde tanto público me extraña.

¿Costa Rica es un país que apoya el teatro?
El publico sí, el Gobierno no. Pienso que falta más apoyo por parte del Gobierno tal vez en  la motivación y la incentivación a la cultura, y fomentando más este precioso arte que es actuar.

¿Cómo hace para que todos los personajes tengan su particular característica?
Es un trabajo muy duro, es un reto;   es una de las cosas más difíciles del teatro, porque la gente dice que cómo hacen para aprenderse tanto,   pero realmente eso no es tan difícil por la repetición en los ensayos,  entonces a uno se le va pegando, además que uno se va moviendo, aprendiendo texto y va conceptualizando cada personaje que, por lo general, viene de adentro hacia afuera, y  algunas veces viene de afuera hacia a dentro.  Pero realmente lo más difícil es darle la característica a cada personaje  y cuando sales a escena,  después de  tanto ensayo, ya  no tienes temor a que se te olvide.

¿Cómo fue tener de compañera a Marcia Saborío en “Caras Vemos”?
Muy refrescante, muy lindo, se hizo un programa maravilloso que duró casi siete años  y creo que el éxito fue por el trabajo que desempeñamos. 


¿Qué opina de Marcia Saborío?
Ella es una gran comediante, dio a conocer a sus personajes como Shirley, Checho y Talía, entre otros, es muy buena en lo que hace, tenerla como compañera fue una gran experiencia, nos llevamos muy bien esos años como compañeras, fueron muy bonitos y emotivos cuando ya el programa vio su final. 

¿Qué tanto es guión y que tanto es improvisación en su vida?
Con una sonrisa describe: Yo aplico el guión sólo cuando tengo que actuar, en el resto de mi vida uso mi autenticidad,  soy como soy  y no tengo que estar actuando a mis situaciones, me gusta que la gente me vean tal como soy o como quien dice el título de mi obra “fuera máscaras”,  no  sé si ese era el objetivo de tu pregunta,  pero creo que soy tal como soy. Yo aplico el “máscaras afuera”  una obra de Joselo Arroyo  (ríe).

¿Hasta cuándo seguirá María Torres en escena?
Hasta que el público decida lo contrario y Dios diga hasta aquí, si no,  ahí me verán pasando mi vejez en el teatro,  que es una de las cosas que, aparte de mi familia, más amo en esta vida.

¿Cómo es el carácter de María Torres?
Así como me ves, alegre,   no sé,  en fin,  a como me  puedes ver para no tener que ser modesta  (se ríe).   Mucha gente ha tenido la misión de tomarme una foto estando yo brava,  pero lo que les digo es que nunca me verán brava, siempre busco la manera de encontrarle la alegría a la situación; y,  además,  siempre uno debe sonreírle a la vida, como dice la canción “gracias a la vida que  me ha dado tanto” (se ríe).

Sin duda alguna,  María Torres se configura como una de las personas más queridas en el ámbito costarricense, por la peculiaridad de sus personajes en shows televisivos y demás ámbitos de su participación teatral.

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